lunes, 12 de mayo de 2014

Desmercadotecnia

        
La función principal del marketing es conseguir la rentabilidad de la empresa mediante la creación y consolidación de una base de clientes estables y fieles, gracias a la satisfacción adecuada de sus necesidades, deseos y expectativas, ofreciendo productos y servicios que le aportan un valor superior al que obtiene de la oferta de la competencia.






También es responsabilidad del marketing el asegurar un buen nivel en la atención al cliente, sobre todo en lo referente a la gestión de sus peticiones, quejas y reclamaciones. En este sentido, cobra una especial importancia una adecuada gestión del denominado ‘cliente no deseado’.
A grandes rasgos, un cliente no deseado es aquel que hace que la empresa sea menos rentable a medio y largo plazo. Un cliente puede resultar no rentable de manera directa e indirecta.
Lo sería de manera directa cuando es un cliente que ocasiona un gasto mayor que el ingreso que se obtiene de él. NOTA: Entendiendo por gasto no sólo el económico (recursos materiales con un coste asignado), sino también un consumo extra de tiempo y atenciones, excesiva gestión, etc., elementos que no tienen fácil cuantificación pero que son fácilmente identificables por el personal de la organización.
Y lo sería de manera indirecta cuando ese cliente provoca una reducción en los ingresos que dejan de obtenerse de otros clientes debido a la interacción negativa que se ha producido entre ellos. NOTA: La reducción del ingreso proviene en estos casos de un aumento en las bajas de socios, en la cancelación de reservas, en la menor utilización de ciertos servicios, etc.
Así, desde un punto de vista global, puede ser necesario intentar no atraer o incluso alejar a los clientes no deseados, precisamente para mantener un nivel de satisfacción adecuado en el grueso de la clientela.



"Estrategias de desmarketing hacia el cliente no deseado"

Definimos el desmarketing como el conjunto de estrategias y acciones que la organización puede llevar a cabo cuando persigue una disminución de la demanda de sus productos y servicios. En esencia se trata de actuar sobre la demanda, regulándola para adaptarla a la capacidad de oferta de la empresa, o bien desincentivándola para alejar a aquellos clientes que son considerados no deseables por la organización.
Identificamos tres momentos en los que poder aplicar estrategias de desmarketing:

1.-Durante de la captación del cliente.
Es necesario definir desde el primer momento el perfil o perfiles de clientes deseados, y para ello se debe plantear adecuadamente las estrategias de segmentación y posicionamiento. Mediante su correcta aplicación y desarrollo, se estaría realizando un filtro muy importante en la fase inicial del contacto con los clientes, lo que reducirá la aparición futura de problemas con los denominados clientes no deseados.
Al dirigir la oferta hacia un determinado tipo de clientes, implícitamente se está lanzando el mensaje contrario hacia perfiles no tan interesantes para la empresa.

2.-Desmarketing en el momento de la compra o contratación.
A pesar de las estrategias iniciales de selección de la clientela es probable que se presenten clientes que no responden a ese perfil ideal con la intención de contratar los servicios ofrecidos.
Evidentemente, no se sugiere que se le niegue a nadie la posibilidad de contratar los servicios que se ofrecen, porque podríamos entrar en algún tipo de consideración ética e incluso legal.

Lo que se plantea es la conveniencia de poder anticipar la posible aparición de conflictos o problemas de adaptación que podrían surgir por el hecho de tener que relacionarse entre sí personas que poseen características muy dispares. De esta manera se puede tratar de ubicar a ciertos clientes en actividades, grupos u horarios donde el riesgo de aparición de problemas sea menor.

3.-Desmarketing durante la utilización y prestación de los servicios.
Debe existir una política clara respecto a la gestión de las quejas y de los conflictos, y se debe fomentar una actitud adecuada por parte del personal de la empresa ante la aparición de cualquier incidencia. Pero lo primero es verificar si existen razones objetivas para la queja y en caso afirmativo tratar de poner remedio a la situación.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que el hecho de que un cliente se queje no le convierte automáticamente en un cliente no deseado. Es la reiteración en la queja, su actitud poco receptiva, su interés en crear un clima interno negativo, lo que le otorga ese rango. Por eso es necesario llevar un registro de las quejas que realiza cada cliente individualmente para poder hacer un seguimiento concreto de cada caso y tomar las medidas oportunas.

Reflexión final.
Una buena gestión de marketing contribuirá al logro de un adecuado nivel de satisfacción en la clientela como base para la rentabilidad de la empresa si se actúa en tres frentes:
Diseñando estrategias y acciones dirigidas a captar clientes a través de la presentación persuasiva de la oferta de la empresa.
Estableciendo unas políticas claras respecto a la gestión de las relaciones con los clientes.

Aplicando estrategias de desmarketing en los siguientes dos niveles de actuación:
(1) Nivel global: cuando la empresa define sus estrategias de segmentación y posicionamiento dirigiéndose a unos determinados perfiles de cliente y no a otros.
 (2) Nivel individual: en la gestión del conflicto (potencial o real) con el cliente y que requiere del desarrollo de habilidades personales para impedir que afecte al resto de clientes y que amenace la rentabilidad a corto plazo.
A modo de resumen, la preocupación por la satisfacción global de la clientela como base para la rentabilidad de la empresa ha de ser asumida por todas las personas de la organización, y tiene que estar muy presente especialmente en el área de recursos humanos y en la gestión de las relaciones con los clientes.



EJEMPLO DE UNA CAMPAÑA DE DESMARKETING ESPAÑOLA SOBRE EL USO RACIONAL DEL AGUA:  





  La campaña consiste en la impartición de charlas, apoyadas con medios audiovisuales, dirigidas al alumnado de educación infantil y primaria, acompañadas de una exposición de fotografías en 3D sobre el agua y su tratamiento en las depuradoras.
Francisco Martínez ha señalado que “la campaña explica cómo incluyen los hábitos cotidianos en la conservación de este preciado recurso y enseña recomendaciones para la mejora de su uso a nivel individual. Estamos convencidos de lo importante que es educar a los más pequeños de la casa en el uso razonable del agua y el efecto que esta campaña va teniendo a medio y largo plazo es un ahorro en el consumo de este bien tan preciado”.
Las charlas poseen un componente didáctico, puesto que se explica el ciclo integral del agua, destacando el esfuerzo necesario para poder utilizar y depurar dicho recurso, y a la vez tiene un carácter sensibilizador, ya que se reflexiona sobre la importancia de su adecuado uso y gestión, se habla sobre los hábitos cotidianos que repercuten positiva y negativamente en el estado y limpieza del agua y se expone recomendaciones para la mejora de su uso a nivel individual.
Como en ediciones anteriores, personal técnico cualificado se traslada a cada uno de los colegios públicos para divulgar la importancia del agua como recurso limitado y vital, y a su vez promover una serie de hábitos de consumo respetuosos con el agua: desde el punto de vista de la cantidad (ahorro) y de la calidad (no contaminación).
A los jóvenes estudiantes se les entrega material informativo sobre el agua y su ahorro, tales como un cómic educativo, para la mejor comprensión del ciclo integral del agua, donde la Gotita Clarita muestra el viaje que recorre desde su captación, potabilización, consumo, recogida y depuración hasta que es devuelta al medio ambiente en las mejores condiciones; unas gafas anaglíficas para poder ver las fotografías en tres dimensiones y una postal con una fotografía en 3D en cuyo anverso figuran consejos para ahorrar y cuidar el agua, de forma que puedan compartirlos en casa con el resto de la familia. Los estudiantes están demostrando ser muy espontáneos y participativos en estas jornadas.
Estas actividades divulgativas sobre la cultura del agua se iniciaron el año 2004, y desde entonces han sido un total de 3.800 alumnos castellonenses los que las han secundado. Forman parte del compromiso de comunicar el valor del agua y de potenciar la educación hacia un buen uso de este recurso, no sólo entre los más jóvenes, para que desde edades tempranas comiencen a tener conciencia por el cuidado del agua, sino también entre la ciudadanía en general. Es por ello que para el próximo curso escolar 2013-2014 está programado continuar con esta iniciativa en otros municipios de Castellón.